Por Grissel López
Todo dice algo de ti, tus zapatos, tu pelo, el aroma que
despides, la ropa, el color de tu bufanda, lo que lees, la gente que se va, la
que se queda, tu cena, tu ojos… te sabes, saboreas lo que llega a tus manos,
aunque no se coma. Aún cuando quieras cerrar los ojos, todo sigue taladre ando
cómo un recordatorio de quién eres. Ese espejo que no te deja mentir dice que
por la noche miras la luna antes de ir a la cama, que tu desayuno reclama no
ser comido, que te aguarda una hoja en blanco, para no perder la costumbre de
decir lo no que dices. Callado te
escuchas mejor, el viento siempre tiene la respuesta que no quieres, aun cuando
la sabes de antemano.
Eres el reflejo de ese espejo que es tu aroma, de la bolsa
de pan, de lo que te llevas, de lo que olvidas, de porque se fue sin
despedirse. Las pesadillas dicen que tu cabeza no ha arreglado algo ¿Se puede? Cada rincón es el dibujo prefecto
del alma, el desorden de las ideas que tienes pendientes. Vas construyendo la
vida que te aguarda más tarde, pero hoy es el resultado de lo que haces todos
los días.
Caminando se dicen cosas, de la mano se lleva información,
que comes, con quien vives, a quien paseas, si comes fruta, si hay vacas flacas
o vacas gordas, si tu empleo es remunerador o si andas en busca de él, si estás
solo, triste, enfadado, acabado de levantar, somnoliento, desvelado, pero solo
por dentro sabes qué te quita el sueño y que es lo que soñamos.
Hablar solo, además de dar la imagen de estar perturbado, puede
ayudar a llenar los vacíos y construir recuerdos de fantasías que ya no están.
Esa canción sin melodía que acompaña perfecto el día y te dice que harás hoy.
Así que hay que empezar, primero despierta, siente tu cuerpo, muerde tus labios
y repite …haz lo que quieras y no dramatices tanto. Citando a Jaime Sabines […]
veras que hermosa es la vida.
Para todos los lectores de Deshuesadero de Palabras, buenas
lecturas y buenos recuerdos.