miércoles, 23 de octubre de 2013

Tic, tac


 

Por Grissel López

 

Tic, tac, tic, tac, las manecillas del reloj  nunca se detienen, siempre hacen el mismo recorrido, un ciclo de doce horas que se repite, luz, oscuro, luz, oscuro… un aparato que mide el tiempo parece el invento perfecto para enloquecer ¿Cuento tiempo? ¿Cuánto tiempo? A veces deseo que el reloj camine más aprisa y que las esperas, despedidas, tristezas,  se vayan al carajo con el tiempo. Hay días en  que parece que las manecillas se atoraron con mi cabello y el tiempo tarda una eternidad en avanzar solo a mí alrededor, el amanecer  y la luz parece tan lejanos. Miro el reloj, 3:45, cierro los ojos, debo dormir, me envuelvo en el abrazo de las cobijas, abro los ojos, vuelvo a mirar el reloj, 3:46, ¡Un minuto! El oscuro dicta que preciso dormir. Pienso en que faltan tres horas para levantarme, hoy si me iré a correr, pagaré el agua, buscaré otro empleo…quédate.

Hoy no vuelve, me lo repito casi todos los días.  La llegada del otoño trae recuerdos que no debo olvidar  y la flor amarilla intacta en la mesa espera la eternidad. Pero el espejo del tiempo  que se posa en mi espalda, dicta: “Estás muriendo” cada día la misma carrera y ser inmortal la misma lucha. ¿Debemos esperar la nada? El tiempo resbala por mis piernas mientras las acaricia, veo como besa mis pies posado en el suelo, con un beso de Judas se despide en otro tiempo…uno detenido, el que no miden los relojes, sino el que suena como granos de arena en la memoria. Al final somos los recuerdos acumulados, inventados, adornados, reales,  dolorosos y dichosos.

Hace tres años se fue físicamente el poeta Alí Chumacero aquí un homenaje.

 

De tiempo a espacio.

 

Naciste desde el fondo de la noche,

del sueño donde el tiempo comienza a ser raíz

y la mirada solo tibio aire,

cuando aún no era ojo sino apenas un viento suave,

un aroma erigido sin mano que lo toque.

 

Eras la flor  ahogada flotando sobre el cuerpo

en nuestro amanecer hacia la luz;

destrozabas la noche con tus ojos

hundida en mi desnudo

tal un vivo rumor de brisa que al oído

volcara la virtud de su marea,

y mi aliento en tu sabia navegaba,

y tu voz en mi pulso se moría

como sombra de ave agonizante

transformando mi cuerpo en sueño tuyo,

en vivo espejo abandonado

o silencio que cruza los espacios.

 

Alí Chumacero.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

jueves, 10 de octubre de 2013

Tercera llamada... Por Carlos Sánchez




Es común estar sentado en la butaca, esperando el inicio de la función, y de pronto escuchar: “Su atención por favor, esta es primera llamada.” Sabemos que en unos cuantos momentos comenzará aquello que fuimos a ver. “Su atención por favor, esta es segunda llamada.” Los actores están listos en sus posiciones, o deberían estarlo, nosotros, el público, nos acomodamos mejor, ponemos en silencioso nuestro celular, o deberíamos. Todo está aparentemente listo. El momento esperado ha llegado cuando escuchamos: “Su atención por favor, esta es tercera llamada, tercera. Comenzamos.”

Esto es común en el teatro, pero no en el cine. Y así llega a la pantalla grande la película mexicana “Tercera llamada”, dirigida por uno de los mejores directores del país: Francisco Franco; y con un guion de María René Prudencio. Es una película con la que todas las personas que hacemos teatro  nos podemos identificar y aquellas que no lo hacen seguramente pasarán un rato muy agradable.

El elenco de esta producción está integrado por actores con una gran trayectoria y maravilloso talento, entre ellos están Karina Gidi, Mariana Treviño, Jorge Poza, Irene Azuela, Moisés Arizmendi, Rebeca Jones, Anabel Ferreira, Alfonso Dosal, Eduardo España, Víctor García, Fernando Luján, Ricardo Blume, Cecilia Suárez, Silvia Pinal; también, en papeles incidentales, están Luis Cuturier, Regina Orozco, Alejandra Bogue, Ana Claudia Talancón, Julieta Venegas, Víctor Trujillo, entre otros.

En alguna entrevista Francisco Franco dijo que su intención era "dejar en el espectador la devoción y admiración a toda la gente que hace teatro en las condiciones más adversas. Hay algo que sucede en las tablas, que a pesar de los problemas, el día señalado se levanta el telón y la obra funciona y es una metafora de la vida". 

La historia trata de todos los avatares que hay que sortear para el estreno de una obra de teatro, Calígula en este caso. De una manera cómica vemos retratados en la película, no sólo el proceso de montaje y ensayos, también parte de la vida de cada uno de los involucrados en el proyecto. Excelentes actuaciones como la de Karina Gidi quién da vida a Isa, la directora del montaje; Mariana Treviño, su asistente y Anabel Ferreira quien interpreta a Geo, la productora. Pasando por la diva, los técnicos, los primeros actores y los patrocinadores.

Sin duda es una película excelentemente lograda que nos hace pasar 92 minutos de risas honestas y contagiosas; y que, sin duda, es un maravilloso ejemplo de la “vida del teatrero”. Desafortunadamente hay pocas copias en las salas, pero si conocen a alguien que esté inmerso en la vida del teatro, y lo quieren entender mejor, vale la pena que no dejen de ver esta divertida propuesta.

jueves, 3 de octubre de 2013

Hasta que la justicia se siente entre nosotros.


Por Grissel López

                                                                               

 

 El caos tiene un orden que grita, manos de artesanos que dan flores, electricistas  sin luz, plomeros desahuciados, maestros con letras en la espalda, atrapa sueños, todo, junto a piernas que avanzan sin mirarlos, ojos que ven la indiferencia en otros ojos, parece que la tristeza los cubre de miseria.

Es ahí donde nace la esperanza, decir no, no puede ser violentado...con mucho pesar de la memoria, se alzan ahora gritos junto a paredes de tres metros que dicen no importa, olvida,  parece que solo los edificios tienen recuerdos.

Una plaza que no puede esconderse es el monumento a la injusticia, el miedo salta, uno se estremece con alguna imagen de ese 2 de octubre, parece grotesca la infamia, ahora se oyen los gritos de justicia para los caídos, hijos de todos, hijos de nadie, ¿Qué sucedió? ¿Por qué un gobierno se pone guantes de carnicero?

Los periódicos decían 29 muertos, hoy la televisión dice trescientos, Marcelino Perello dirigente del movimiento del 68 dice que ahora se utiliza el movimiento como ajonjolí de todos los moles y con cualquier pretexto.

¿De qué protestamos? ¿Hacia dónde vamos?  La claridad mantiene vivos lo movimientos como una cerca que los protege y les dicta tener una meta fija y razonable, la ignorancia es el olvido de cualquier lucha, no saber a dónde vamos es luchar con los ojos cerrados.

Aún no termina el día y ya hay lista de desaparecidos, hoy 2 de Octubre del 2013 hijos de nadie hijos de todos se han perdido, están debajo de las piedras que hay que levantar, porque la gente que sale a las calles a pedir o a decir no, tiene la piel y los hueso igual de quebrantables que los nuestros, a ellos dedico hoy esté artículo y traigo a la memoria esta poema de Rosario Castellanos incluido en  el libro de Elena Poniatowska "La noche de Tlatelolco".
 
Memorial de Tlatelolco.

La oscuridad engendra la violencia
y la violencia pide oscuridad

para cuajar el crimen.

Por eso el dos de octubre aguardo hasta la noche

para que nadie viera la mano que empuñaba

el arma, sino solo su efecto de relámpago.

 

¿Ya esa luz, breve y lívida, quién?¿Quién es el que mata?

¿Quiénes los que agonizan, los que mueren?

¿Los que huyen sin zapatos?

¿Los que van a caer la pozo de una cárcel?

¿Los que se pudren en el hospital?

¿Los que quedan mudos para siempre de espanto?

 

¿Quién? ¿Quiénes? Nadie, al día siguiente nadie.

La plaza amaneció barrida; los periódicos

dieron como nota principal

el estado del tiempo.

Y en la televisión, el radio, en el cine,

no hubo ningún cambio de programa,

ningún anuncio intercalado, ni un

minuto de silencio en el banquete

(Pues prosiguió el banquete).

 

No busques lo que no hay: huellas , cadáveres

que todo se ha dado como ofrenda a una diosa

la Devoradora de Excrementos.

 

No hurgues en los archivos pues nada consta en actas.

 

Más he aquí que toco una llaga: es mi memoria.

Duele, luego es verdad. Sangre con sangre

y si al llamo mía traiciono a todos.

 

Recuerdo, recordamos.

Ésta es nuestra manera de ayudar a que amanezca

sobre tantas conciencias mancilladas,

sobre un texto iracundo, sobre una reja abierta,

sobre el rostro amparado tras la máscara.

Recuerdo, recordemos

hasta que la justicia se siente entre nosotros.

 

Rosario Castellanos.