Por Grissel López.
Raticida: producto altamente tóxico, una pequeña dosis que
puede ser comida cuando con engaños es adornado cómo alimento , tiene como
finalidad la muerte de un animal segregado por la naturaleza, por su capacidad
de destruir cualquier entorno haciendo de este un pequeño basurero ambulante.
Rata: hasta su nombre es desagradable, la musicalidad no
invita a acariciar dulcemente o alimentar el hambre que sale de las coladeras,
que huele a cloaca, ese color gris deambulando rápidamente, siempre con la
prisa de quién protege su vida con su vida. En qué momento se reprodujeron
alcanzando ese mar de miedo, asco y desperdicio. Una pequeña dosis de su orín o
esos pequeños arroces bastan para mandarte
al hospital, o en el peor de los casos con una mala atención, despedirte de esta
vida.
A una rata se le puede dar muerte de muchas maneras, hay trampas que tiene un pegamento que no permite
su escape, de esta forma seguro morirá por el miedo en forma de escoba o el
asco en un sándwich de pegamento. Intentando deslindar responsabilidades podemos
utilizar el instinto cazador de un gato así las culpas recaen en la naturaleza.
Las trampas de metal, esas pequeñas cajas que bajo otra circunstancia nadie se
atreve a tocar, las mantienen vivas a la
espera de que el verdugo les tenga piedad dando una muerte rápida o en el
remoto caso, la deje ir en otro lugar a
donde no pueda hacer “daño”.
En fin la única salida es la muerte. Aún así, dudo, es un
animal, el hambre tiene piernas ¿Quién la puso esa posición? ¿Quién la acorralo
dándole como único destino el desprecio? ¿Es su vida contra mí? No hay
nada que hacer, irremediablemente y esperando no generar mal karma he puesto
trampas le pido por favor no lo tome a mal, si tuviera otra opción…tal vez no
la tomaría porque de opciones está lleno mi cesto de ropa sucia, pero ninguna
salida.
Hoy les comparto un poema de muerte de Leopoldo de Luis.
La muerte
Nadie puede vivir su propia muerte.
No es la
muerte un afán ni una experiencia.
Morir no es más
que u vaso que se vierte,
un motor que
ha perdido su eficiencia.
Se llevo en
los brazos a la nada
y de mirarla
a ella me parezco.
Un poco se
refleja en mi mirada,
día tras día
algo de mí le ofrezco.
Pero vivir
la muerte… ¿No sería
igual que
ver la jarra ya vacía
o
descubierto el hilo de la trama?
¿Cómo voy a
vivir mi muerte? ¿Cuándo?
(Cruza el invierno un pájaro cantando
y no se posa porque no hay rama).
Leopoldo de Luis.(Cruza el invierno un pájaro cantando
y no se posa porque no hay rama).

Amiga, qué bueno que no viviste en la Francia del siglo XVII. ¿Y qué pasó, murió la rata? Porque también podrías pedirle amablemente que se suicide, ¡je, je!
ResponderEliminarIbet