martes, 30 de abril de 2013

Lenguaje de Serpientes


 

 

Por Grissel López

 


 

La hoja en blanco es imponente, parece desnuda, libre  de  vicios, traumas, alegrías, monstruosidades y ataduras; uno del otro lado tiene que encargarse de vestirla darle un nombre y mandarla a la vida, en este caso con poesía. 

¿Qué será de ella? ¿Tendrá un lugar a donde llegar a dormir? ¿Pasará frío, hambre o será libre? La única certeza es la incertidumbre.  Es por eso que los integrantes de Deshuesadero nos  reunimos para intercambiar terrores  de tiempo lugar y espacio, pero aquí estamos de vuelta. Ahora te toca a ti darle asilo a nuestra hojita.

 Hoy les comparto un poema de   Francisco Hernández, poeta mexicano nacido en San Andrés Tuxtla, Veracruz, que ganó el Premio Nacional de poesía con el poemario Mar de Fondo. No dejen de leer la obra completa.
 
 
 
 

 

8

El viento azota con fuerza los postigos y me despierto.

Deben ser las tres o las cuatro  de la madrugada

Todos están dormidos en la casa.

Además del viento, se oyen los gritos de los monos

y el lenguaje de las serpientes.

Siento frío y calor. Viajo por el filo de la navaja,

cruzo los linderos de otra noche de altas temperaturas

o tal vez sueño que tengo fiebre y que yago en

 medio de la selva .Con la cama al pairo, el mástil

glauco y la sentina repleta. Han bajado a beber

los animales. Distingo con claridad las pisadas de

un tapir.

Quiebra ramas. Se acerca. Me mira votivamente con

sus   ojos de dicha. Mordisquea las hojas más tiernas

de mis dedos. Y escapa de sus sueños para perderse

en el amanecer.

 

Francisco Hernández.

 

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