Por Grissel lópez
Post Mortem.
Solo en caso de que ya no esté
debes saber que nunca fui libre
que aún volando tenía pies.
Que desconozco el amor incondicional
¿Que hay de incondicional
en los compromisos corpóreos
en los toques de queda
en las voces amargas?
que comía de tus muslos
mientras reías
y a diario observaba envejecer tus cabellos
esperando recuerdos perdidos.
Que sentía miedo de mí
cerca de ti
mientras decidía
el camino de mi certeza.
Que las flores muertas
son el fantasma del cansancio.
Bajo la cama
el esqueleto de mi vida prestada
me invita a demoler mi casa
a guardar las fotografías de mi cuerpo desollado
(soy una tumba con las piernas abiertas).
Un sepulcro amordazado
que sigue un camino que se acaba.
Ah!, pobres de mis sillas
sosteniendo un coito de sexos endulzados
que se prestan la ropa.
Buscan asilo bajo las faldas
de un a vieja deuda
que las llama.
Llamé a los hijos que habías de darme
tienen ojos con pestañas que no cierran
no pude ni nombrarlos
no los amamanté.
Debo tener un vientre artificial
burbuja transparente
madre perfumada.
Han parido las piernas de la cama
en una sabana de maíz
y no se escucho el llanto.
Veo flotando
a los hijos que habías de darme.
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