miércoles, 20 de marzo de 2013

Anita



Anita no lava la tina.

No cede; pervierte.

Sucumbe, se paraliza,

se enmaraña  los cabellos,

los huele; no advierte.

 

Anita balbucea,

se encadena.

Le temen,

le mienten.

 

Ella lo sabe,

nada le añade:

adquiere curvas,

su cuerpo brota.

 

Resurgen latidos,

se callan los gritos.

Poco a poquito se entromete:

es aire, es vida.

 

No teme, le ansía.

Se luce, se sabe,

se empaña, se estremece.

 

Anula las citas:

tiene voz,

tiene boca.

 

Anita muerde,

Anita tiene dientes.

Silba, masca y escupe.

 

Anita nada:

“Ana”

Adán atina.

 


Melissa González Caamal



3 comentarios:

  1. Excelente Poema. Felicidades Melissa.

    ResponderEliminar
  2. Está buenísimo, Melissa. Sencillo, pero intenso. ¡Felicidades! Un abrazo. Ibet

    ResponderEliminar
  3. Andrés F. de Anda27 de marzo de 2013, 18:47

    Sencillo? Profundísimo! Es arte!! Son sentimientos puros!!
    Magnífico! Bello también, Bravo, bravo. te admiro Mel ;)

    ResponderEliminar